La escultura representa a un jinete desnudo; en su mano derecha sostiene un antorcha y cabalga sobre un caballo que salta sobre cuatro banderas agitadas por el viento. Es de gran fuerza y dinamismo; tanto el jinete como el caballo carecen de piel lo que da a la obra un modelado acusado. La inclinación de las banderas y su agitado ondear comunican movimiento.
En 1993 se remodeló la plaza y se construyó para la obra un pedestal. Su tamaño funciona muy bien con el espacio abierto y armoniza con la arquitectura de su alrededor. Esta escultura es la de mayor tamaño que existe en la ciudad y una de las obras mejor logradas del artista. Está en muy buen estado de conservación. Tiene iluminación nocturna y placa dé identificación.